Nuevos hábitos de ocio (pantallas y dispositivos) así como el sedentarismopodrían ser los culpables ya que pueden influir en el aumento de este tipo de molestias debido a la disminución de los hábitos físicos de los niños y es muy probable que los niños que se quejan de dolor de espalda hoy, sean adultos que lo padezcan de manera crónica mañana”. Por eso, la prevención a tiempo es imprescindible.
¿Por qué duele la espalda?
En la mayoría de los niños, el dolor se debe a un mal funcionamiento de su musculatura abdominal y paravertebral”. advierte el Dr. Kovacs.
Mucho tienen que decir también los fisioterapeutas. Indican que entre los motivos de dolor de espalda destacan los malos hábitos posturales. “No tanto que estén mal sentados, sino que lo hagan durante mucho tiempo. Otro factor es que “hasta un 40% de los niños y niñas españoles tiene sobrepeso u obesidad, una de las tasas más altas de Europa”, Un tercer agravante son las mochilas que, teóricamente no deberían pesar más del 10% del peso corporal del niño, pero que en la práctica muchas superan el 20%.
Afecta más a las niñas
Estadísticamente parece que la espalda duele más a niñas que a niños. Pero es que sucede así a todas las edades: en general, las mujeres sufren más estas molestias que los hombres. “Esta diferencia se atribuye a que, a veces, se confunde con los primeros dolores menstruales y a las hormonas, que influyen sobre un menor desarrollo de la masa muscular femenina, restándole su función protectora”
La edad a la que estar alertas
Según los expertos, el dolor de espalda en niños menores de 8 años es excepcional. “Si un niño de esa edad se queja de dolor, conviene llevarlo al médico para descartar otras patologías”, advierte el Dr. Kovacs. “A partir de los 9, la frecuencia aumenta progresivamente, y hacia los 16 años, esta ya es bastante similar a la de los adultos”, afirma.
Lo que conviene (y no conviene) hacer cuando duele
Los niños no tienen porqué sentir dolor de espalda ni creer que ese dolor será siempre parte de su vida. Para prevenirlo, estos son algunos buenos consejos:
1 Ejercicio, el que quiera pero que lo haga.
“Lo ideal sería que los niños se acostumbraran a hacer actividad física desde pequeños tanto para prevenir el dolor de espalda durante su infancia como para adquirir un hábito que después, de adulto, puede resultar más difícil de incorporar a su día”, recomienda el experto de REIDE. “Cualquier ejercicio es mejor que nada y lo importante es que lo mantenga en el tiempo, ya que sus efectos empiezan a las seis semanas”.
2 Las características de la cama.
El niño tiene que caber bien en ella y el colchón más adecuado es el de firmeza intermedia. “Debe ser lo suficientemente dura para no deformarse y mullida, para adaptarse a la curvatura de la espalda”, detalla Kovacs.
3 Mochila:
Para que esta dañe lo menos posible la espalda, recomienda que “sea una mochila tradicional, de dos asas acolchadas, ajustada al tamaño del niño, de tal manera que quede entre la cabeza y la pelvis. Los objetos del interior deben colocarse en la parte trasera los más grandes y los más pequeños, en la delantera”. En cuanto a las mochilas con ruedas, son buenas herramientas si se usan bien. “El gran problema es que la inmensa mayoría las usa mal”, afirma la fisioterapeuta: “En lugar de empujarlas (como los carros de la compra), tiran de ellas y esto puede causar lesiones en la rotación de la columna y cintura escapular”.
4 No guardar reposo en cama.
“Tras 48 horas de reposo, se pierde tono muscular, lo que contribuirá a tener más dolor”, señala el Dr. Kovacs. Por eso, los expertos coinciden en su recomendación de “seguir haciendo toda la actividad que no aumente el dolor”. En caso de dolor agudo, lo más importante es ponerse en manos de un profesional.
ESTIRAMIENTOS PARA DISFRUTAR EN FAMILIA
Desde el Colegio de Fisioterapeutas nos recomiendan estos estiramientos que servirán tanto a niños como adultos a tener una espalda sana.
GATO - CAMELLO: A cuatro patas, las manos a la altura de los hombros y las rodillas a la altura de las caderas.
Arquear la espalda hacia abajo, sacando hacia fuera el trasero y el abdomen y mirando hacia el techo. Mantener 3 segundos.
Arquear la espalda hacia arriba, metiendo el trasero y el abdomen, colocando la cabeza entre los brazos.
MEDIA LUNA: De pie, pies juntos, colocar los brazos por encima de la cabeza con las manos entrelazadas.
Inclinar el cuerpo hacia un lado. Mantener 5 segundos e inclinar hacia el otro lado.
NOS ESCONDEMOS: Empezar a cuatro patas.
Ir hacia atrás hasta sentarse en los talones, esconder la cabeza, pegar la frente y la nariz al suelo y estirar ambos brazos hacia delante juntando las palmas.
Fuente: de mamás y de papás: el pais.com