En el post de este mes queremos compartir con vosotros un artículo que nos ha parecido muy interesante de la Asociación española de pediatría de atención primaria sobre la pediculosis.
Esta pesadilla de los piojos que parece que parece que nunca tiene fin es un asunto de muchísima paciencia y constancia. La lendrera ( que no liendrera) se tiene que convertir en nuestra mejor amiga y ha de pasarse por nuestras cabezas todas las semanas aunque no haya infestación y si la hay, al menos tres o cuatro días seguidos hasta asegurarse de que no salga ni un piojo ni una liendre.
Mucho ÁNIMO!!!
“Los piojos no transmiten enfermedades, pero sí ocasionan molestias en quienes los sufren, preocupación en los padres (pues es más frecuente en niños escolares de 3 a 12 años) y eliminarlos no siempre es tarea fácil.
Como explican a desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap), los piojos “son muy difíciles de ver; de hecho, lo más frecuente es visualizar los huevos, llamados liendres, que se localizan a un centímetro de la raíz del pelo”. Los pediatras advierten de que es importante no confundir la pediculosis con la dermatitis. Para saber diferenciarlos, explican que las escamas de piel, típicas de la dermatitis, se desprenden con facilidad; en cambio, las liendres están pegadas al pelo y se extraen con cierta dificultad.
Según pediatras y dermatólogos, para acabar con los piojos es necesario eliminar por completo las liendres. Y es que, las “reinfestaciones suelen ser consecuencia de no haberlas extraído del todo”, constatan desde la Aepap. Para estos expertos, la clave está en ser meticulosos en este proceso. Así, afirman que se puede quitar de forma manual o con una lendrera. Se utilice un método u otro, recomiendan “peinar la cabeza mechón a mechón, de abajo a arriba y de arriba abajo”. Y si se emplean lendreras, “cuanto más juntas estén las púas, mejor”.
Un dato importante: los piojos pueden poner ocho huevos al día, por lo que repetir cada día este proceso de revisión de la cabeza y pasar la lendrera es imprescindible. Asimismo, los pediatras de AP recomiendan “examinartambién a losdemás miembros de la familia y niños con contactoestrecho cada tres días y tratar si están infestados”.
muchas opciones terapéuticas
En cuanto al tratamiento, la Aepap asegura que hay varios productos tópicos que han demostrado eficacia, como la permetrina, el malatión y la dimeticona. Del primero, señalan que es el primer escalón terapéutico y que es eficaz tanto en piojo como en las liendres; ahora bien, advierten de que “puede ser tóxico si se utiliza en exceso”. Sobre el malatión (segundo escalón terapéutico), informan de que está contraindicado en embarazadas y menores de seis años. Y de la dimeticona (perteneciente a la familia de las siliconas) destacan que presenta “toxicidad nula, ya que no se absorbe”. Su mecanismo de acción se basa en envolver y asfixiar al parásito, además de tapar los poros de los huevos, impidiendo el intercambio de aire. A su juicio, la ventaja de este activo es que “no provoca resistencias y los últimos estudios científicos demuestran que tiene mayor efectividad que la permetrina”. Eso sí, no se deben aplicar acondicionadores ni vinagre porque pueden inactivar el producto.
Como consejo general, con independencia del activo elegido, los dermatólogos hacen hincapié en “seguir unas recomendaciones generales siempre que se aplique un tratamiento con pediculicidas, pues el éxito o fracaso del mismo dependerá en gran medida de su correcto empleo”.
En cuanto a las diferentes presentaciones, explican que, “aunque su tolerancia cosmética es menor, las lociones son más eficaces que los champús, porque se fijan mejor y durante más tiempo al tallo piloso”.
Y un consejo práctico: “El cabello no debe lavarse antes de la aplicación de las lociones, ya que la grasa facilita la fijación del principio activo. El lavado se realizará transcurrido el tiempo de contacto indicado y puede hacerse con champú normal o bien con champú pediculicida para completar el tratamiento”, señalan desde la AEDV.
Con el fin de prevenir las resistencias de los piojos a los tratamientos, se recomienda no usar estos productos nunca como preventivos, cambiar de sustancia si tras 3 aplicaciones falla el tratamiento, y en aquellos pacientes con muchos episodios ir rotando los distintos tratamientos. "En casos resistentes o infestaciones masivas existen alternativas como la Ivermectina o el Cotrimoxazol, que son de prescripción médica", apostilla la AEDV.
Sobre los tratamientos naturales que se han empleado toda la vida como el típicoárbol de té, el aceite de coco o la vaselina,por ejemplo, menciona que sí asfixian al piojo pero son menos eficaces que los productos químicos clásicos.
En cuanto al vinagre, utilizado especialmente por nuestras abuelas, la AEDV resalta que su acción directa contra el piojo requiere de altas concentraciones, pero presenta una eficacia limitada, además de posibilidad de irritación. "Sin embargo, diluciones de dos partes de agua y una de vinagre sí colaboran a facilitar el desprendimiento de las liendres y pueden ser útiles a tal efecto", advierte.
En cuanto a emplear productos preventivos la AEDV dice que se suelen recomendar repelentes naturales como la esencia del árbol del té, o el aceite de citronella, por ejemplo, aunque no existen suficientes estudios que avalen su eficacia. "La forma más eficaz de prevención es la revisión periódica con una lendrera, lo que permitirá un diagnóstico precoz", destaca.
De hecho, considera que debería instaurarse como método habitual en estas edades, y especialmente en aquellos menores que se encuentren entre estos entornos de riesgo. "Se recomiendan revisiones cada 7-10 días, siendo aconsejable realizarla los viernes para en caso de ver parasitación poder tratarlos durante el fin de semana y volver al colegio sin infección. Aunque hay que reconocer las dificultades que conlleva, al ser una técnica larga y minuciosa. Sin embargo, se debería integrar como parte de la rutina del aseo personal", añade.
Para los menores de 2 años, la AEPAP destaca que el mejor tratamiento consiste en cortarles el pelo, cuanto más corto mejor, así como eliminar los piojos y las liendres a mano. "Si no quiere cortarle el pelo, compre una lendrera y crema suavizante y pásela, cada 3 días,hasta que en 3 peinados sucesivos no saque ningún piojo. Entre peinado y peinado quite a mano todas las liendres que vea. Si no consigue erradicarlos así, se podría usar un insecticida llamado permetrina, pero sólo en mayores de 2 meses", precisa.
Si existe un contagio por piojos, la AEPAP dice que tranquilamente al día siguiente de haber realizado un tratamiento correcto con permetrina, malatión, piretrinas con sinergizantes, o dimeticona, aunque queden liendres, los menores pueden volver a la escuela.
Para prevenir una infestación, considera que el riesgo de contagio es menor recogiendo el pelo si es largo (coletas, moños), o tapándolo (pañuelos). "El pelo corto no sólo previene del contagio, sino que facilita mucho cualquier tratamiento. No se deben compartir cepillos o peines, gorros o cintas de pelo", aclara.
Otras medidas comolavar a 60 grados las toallas, los gorros, las sábanas, o los cubre almohadas, por ejemplo, así como aspirar las telas en contacto con la cabeza que no sean lavables, y guardar objetos no lavables en una bolsa de plástico durante 2 semanas (tiempo de vida de una liendre), se pueden llevar a cabo; pero no de forma obsesiva porque seguramente son innecesarias.
Falsas creencias que persisten en las cabezas
- Todos los niños con pediculosis tienen picor. FALSO. Pueden estar libres de síntomas entre cuatro y seis semanas.
- El contagio puede producirse vía aérea. FALSO. Los piojos carecen de alas.
- Los piojos viven indefinidamente en sofás, carpetas, colchas... FALSO. Sólo sobreviven unas horas fuera del organismo.
- Un solo tratamiento es suficiente. FALSO. Son aconsejables al menos 2 (cada diez días) ya que no todos son eliminados.
- Los piojos prefieren los pelos largos a los cortos y los morenos a los rubios. FALSO. Los piojos no tienen preferencia por la longitud, pero el contagio ocurre más en cabellos largos.
Frente a la creencia de que hay que dejarse el pelo sucio para que afecten lo menos posible, la AEDV indica que, aunque es verdad que los piojos se adhieren mejor al pelo limpio, la falta de higiene favorece infestaciones más graves e infecciones añadidas. "Al lavar y peinar el cabello asiduamente, un buen número de los parásitos son desprendidos o dañados, lo que contribuye a disminuir la infestación. Por tanto, mejor limpio", destaca.