Tal y como afirma el Comité de Seguridad y Prevención de Lesiones no intencionadas en la Infancia, el ahogamiento es la segunda causa de muerte accidental en Europa en personas menores de 19 años. Cada año mueren en España 450 personas de todas las edades por este motivo, siendo los niños pequeños uno de los colectivos con mayor riesgo.
Por ello, es de vital importancia tener especial cuidado con los niños cuando están próximos a una superficie acuática y, además, saber ciertos consejos que pueden evitar el ahogamiento.
Especialmente en verano, época del año en la que las piscinas, la playa y los ríos son el lugar favorito de los niños desde que el sol sale y hasta que se pone. Es necesario conocer algunos consejos básicos de la Asociación Española de Pediatría para evitar que ocurra cualquier accidente, antes de que ocurra y no sepamos qué hacer.
Aprender a nadar es un acto muy importante para evitar en gran porcentaje los ahogamientos que pueda haber durante el baño. La edad ideal para comenzar es entre uno y cuatro años aunque, eso sí, cada padre deberá elegirla en función de las capacidades físicas y psicológicas del niño, así como atendiendo al tiempo que cada niño está en el agua o sus emociones.
Aun sabiendo nadar, es importante mantener la atención en niños y bebés cuando están dentro del agua. Saber nadar disminuye el porcentaje de sufrir un ahogamiento, pero no lo reduce al máximo, por lo que será necesario la vigilancia, bien de un adulto o bien de un socorrista con los peques disfrutan. Cuando los bebés estén cerca o en la superficie acuática, deberán tener la supervisión de un adulto con experiencia (que sepa nadar y hacer maniobra de rescate). Para que esta vigilancia sea adecuada, la distancia al menor deberá ser menor que la longitud del brazo del adulto, con el fin de poder alcanzarle en caso de peligro.
Además, los niños más mayores que ya sepan nadar también deberán estar atendidos por un adulto o por un socorrista que procure tenerles vigilados en todo momento.
Por último, si elegimos el mar o un río para disfrutar del baño, habrá que elegir zonas que estén supervisadas por un socorrista.
Será necesario, a su vez, advertir a los adolescentes del peligro que supone tomar alcohol y drogas mientras se practica cualquier práctica acuática.
El método de Autorescate
Existe un método novedoso que funciona a la perfección para evitar que los bebés se ahoguen en el agua. El conocido como “autorescate” les enseña desde pequeños a flotar en el agua e, incluso, a darse media vuelta si se caen bocabajo y necesitan salir a flote. Es un método puesto en marcha por la Fundación Live Like Jake, una fundación creada en 2015 que pretende crear conciencia sobre la prevención de ahogamientos y, para ello, proporciona becas de natación a aquellas personas que quieran probar el método y no puedan pagarlo. Mantienen la certeza de que se podrían evitar casi todos los ahogamientos con enseñanza y sensibilización.
Esta fundación se creó después de la muerte por ahogamiento del pequeño Jake, el hijo del fundador de la misma y, además de proporcionar clases de natación a bebés y niños, ofrece apoyo emocional a las familias que hayan perdido un ser querido o tienen un niño con cuidados especiales.
Sin embargo, esta técnica además de ser popular también es polémica, ya que no faltan las voces que opinan que hasta que el bebé empieza a dominar esta técnica y desenvolverse ante una situación de posible ahogamiento, los entrenamientos y las primeras veces suponen momentos angustiosos para los pequeños, ya que experimentan la sensación de ahogo durante unos segundos.
¿Qué medidas se pueden adoptar para evitar ahogamientos?
Es preferible que los niños se tiren al agua con los pies primero, siempre. Pero, en caso de que se deseé tirar de cabeza, el adulto deberá medir primeramente que hay la suficiente profundidad para poder hacerlo. De no ser así, podría provocarle lesiones graves e irreversibles.
Tanto a la hora de navegar como a la hora de estar en una piscina, no son recomendables losmanguitos por el riesgo que pueden suponer para la salud del pequeño. Conviene tener siempre a mano un chaleco salvavidas que le colocaremos, sin excepción, cuando salgamos a navegar en embarcaciones de recreo.
Nunca está de más aprender a hacer la maniobra de reanimación cardiopulmonar. Debemos animar a aprenderla tanto a adolescentes como a niños con uso de conciencia porque, siempre se puede necesitar.
Por último, para evitar ahogamientos en casa, siempre deberemos vaciar cualquier recipiente que tenga agua (como los cubos de la fregona) y evitar dejar a los niños en los cuartos de baño sin supervisión porque se pueden ahogar en el inodoro.
FUENTE: REVISTA SER PADRES